El cerebro es el órgano del cuerpo que más energía utiliza. Aproximadamente el 20% de las calorías consumidas van dirigidas a nutrirlo. Es por esto que debemos pensar: ¿Qué alimentos estamos colocando en nuestro plato?
Es importante enfatizar que la principal fuente de energía para nuestro cerebro es la glucosa, la cual proviene de los carbohidratos. Al consumirlos, es recomendable optar por cereales integrales. Un alto consumo de harinas refinadas, que son alimentos que se convierten rápidamente en azúcar después de ser ingeridos, así como un exceso de azúcar en la dieta, están relacionados con problemas cerebrales. Estos problemas incluyen la contracción del hipocampo, el aumento de los niveles de beta-amiloide, el deterioro de la función de la insulina y la utilización de la glucosa en el cerebro, así como la disminución de la memoria y de los procesos cognitivos.
Otro nutriente relacionado con nuestra salud cerebral son las grasas. El sistema nervioso, y particularmente el cerebro, son tejidos cuya composición principal son los lípidos (grasa). Más del 60% de su peso está constituido por lípidos. Las grasas son un componente esencial en la estructura de las neuronas. El cerebro necesita “grasas saludables” para un mejor funcionamiento, un mejor flujo sanguíneo, un funcionamiento cognitivo óptimo, una mejor memoria y estados de ánimo. Se recomienda aumentar el consumo de Ácidos grasos Omega-3. Un alto consumo de grasas trans, grasas saturadas, alimentos procesados y carne roja ha sido asociado a un mayor riesgo de deterioro cognitivo.
Una alimentación balanceada, variada y nutritiva tiene muchos beneficios para el cerebro, como:
- Mejorar la salud cerebral.
- Aumentar la disponibilidad del neurotransmisor de la memoria acetilcolina en el cerebro.
- Influenciar la acción antioxidante y/o antiinflamatoria.
- Proporcionar beneficio neuroprotector, promoviendo la creación de nuevas células cerebrales.
- Mejorar la actividad neuronal y sináptica.
- Mejorar la función vascular, entre otros.
¡Cuide de su cerebro!
- Mantén un estilo de vida activo con al menos 150 minutos de ejercicio a la semana, ya que el ejercicio favorece la conexión entre las células cerebrales y mejora nuestra capacidad cognitiva.
- Aumenta tu consumo de frutas y verduras. Procura que la mitad de tu plato esté compuesta por verduras, especialmente las verdes como espinacas, col rizada, brócoli y coles, que son ricas en Vitamina K, luteína, folato y betacaroteno, nutrientes que ayudan a prevenir el deterioro cognitivo.
- Sustituye los postres por frutas, preferiblemente frutas de colores intensos como las bayas, que contienen flavonoides que benefician la memoria y previenen el deterioro cognitivo.
- Reemplaza los cereales refinados por cereales integrales que aporten al menos 3 gramos de fibra por porción.
- Incluye en tu dieta alimentos ricos en Omega-3 como el salmón, las sardinas, nueces, semillas de linaza, semillas de chía, aceites vegetales y aguacate.
- Reduce la ingesta de sodio, como condimentos, sazones y alimentos procesados, y opta por hierbas y especias para dar sabor a tus comidas.
- Disminuye el consumo de grasas saturadas, embutidos y alimentos fritos, prefiriendo opciones más saludables como el aguacate, las nueces y los aceites vegetales, especialmente el aceite de oliva extra virgen.
- Evita el tabaco y el alcohol.
- Mantén un control adecuado de tu peso.
- Asegúrate de descansar lo suficiente.
Cuidar tu cerebro y tu salud en general es esencial para una vida plena y activa. Sigue estos consejos para asegurarte de que tu cerebro funcione de manera óptima.
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Wanda I. Gonzalez Otero, M.Ex.Sc., RDN, LND
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